noviembre 09, 2011

Tradiciones

Una de las tradiciones que de perdido me encontré al enrolarme en las filas del Benemérito Cuerpo Voluntario de Bomberos de Guatemala, fue que en la estación que presto mi servicio voluntario, la Noventa y cuatro compañía, todos los 31 de octubre, en la víspera del día de los santos, los bomberos la hacemos de cocineros y meseros en un stand en la entrada del cementerio de la localidad.

Es costumbre del municipio de La Esperanza, Quetzaltenango, que las familias salgan en horas de la noche a recorrer las calles que llegan hasta el cementerio, para adornar a sus difuntos en la madrugada, velar ahí y salir en la mañana del primero de noviembre; es ahí donde la gente llega a nuestro local, se sirven garnachas, churrasquitos, tamales, paches, caliente, chocolate, café, y demás aperitivos que calienten el estómago.

Como todas las semanas, nos vestimos el uniforme y lo ahumamos, solo que está vez no con residuos de una combustión que arraza con los bienes e incluso la vida de la gente, nos ahumamos con parrilla y carbón, con el goce y disfrute de poder servir a la gente de otra manera.

En la foto aparece Doña Dora, miembro de las Damas Voluntad de Fuego, y vaya que tienen voluntad esas señoras, cada año descuidan a si familia estos días, perparando la comida, llevándola y sirviéndola en estos días, mujeres emprendedoras que apoyan a sus esposos, quienes son bomberos y la hacen de meseros en estas fechas.

Fechas en las que antes me las pasaba encerrado, o salía a pelar a la mara, ahora encontré una nueva tradición que me llena de alegría, compartiendo con la gente y conociéndola un poco más, ya que al final son ellos a quienes nos debemos. La gente llega, come, habla, comparte y disfruta, todo con el fin de ayudarnos, compran un plato de comida, algo de tomar, la pasa bien y de paso colabora con la estación.

Debo decir que el localito que ocupamos, pasa toda la noche lleno, y en la mañana siguiente también, la gente se identifica con el escudo, ya que sabe que siempre los primeros en llegar y últimos en irse somos los Bomberos Voluntarios.

Ésta es una de las tantas tradiciones (que de) perdida(s) me vine a encontrar, vistiendo un uniforme que tanto gusto y satisfacción me da portar un día a la semana, espero contarles más, de ésta y otras, que al final son muchas...

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